Whiplash
Una de las grandes triunfadoras del 2014 ha sido sin duda Whiplash, una pequeña película que ha ido creciendo en interés por las buenas críticas que iba cosechando, y realmente una vez vista parece curioso esos buenos comentarios, ya que aunque a mí me ha parecido bastante buena, no parece una película para todos los gustos.
Música jazz, la lucha por cumplir los sueños y el llevar al extremo a una persona para sacar lo máximo de ella, son las premisas de Whiplash, y aunque no sea un mensaje realmente original, si que convence con las grandes interpretaciones de sus dos protagonistas.
Seguro que cuando pensamos en profesores duros que intentan sacar a flote el potencial de sus alumnos siendo muy duros, nos viene a la mente la mítica frase de la profesora de danza de la serie Fama, «Buscáis la fama, pero la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor.», pero quizás en este caso se ahorran la parte de mostrarnos que en el fondo es todo por el bien del alumno para enfocarse en la personalidad psicópata del profesor.
No creo que haya ninguna duda de que esta película se sustenta en todo momento por la gran aportación de los dos protagonistas, sobre todo de J.K. Simmons, que se convierte instantáneamente en un personaje de pesadilla para todo el que vea la película, y seguro que a mas de uno se le ocurrirá que hacer con las baquetas y el profesor.
La banda sonora no tendría demasiado que destacar si no fuese por las partes instrumentales donde vemos al protagonista haciendo solos de batería de una manera brillante, pero quizás esto solo sea disfrutable para los que sean muy amantes de la música.
Whiplash no es en conjunto una película brillante, pero sus dos protagonistas hacen que merezca mucho la pena verla y disfrutar/sufrir con ese duelo que se disputa en la pantalla.
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