The Wolf of Wall Street
Martin Scorsese es de los directores que pocas veces fallan con sus películas, y si encima vuelve a trabajar con su actor fetiche de los últimos años, el conjunto es una apuesta más que segura. DiCaprio y Jonah Hill consiguen crear una de las parejas más explosivas de la temporada y convierten está película en un referente instantáneo de la filmografía de Scorsese.
Un ambicioso universitario recién graduado llega a Wall Street para comerse el mundo, pero en su primer día de trabajo la empresa que le ha contratado quiebra y tiene que buscarse un nuevo futuro, pero nada ni nadie le apartará de su camino que le llevará a lo más alto por un camino lleno de mujeres, drogas y lujo desmesurado.
Todo en esta película es magnifico, pero como ya he comentado al principio, Leonardo DiCaprio y Jonah Hill brillan especialmente en esta película y representan una de esas parejas irrepetibles de las que hablaras años después rememorando sus escenas. Un ejemplo claro de esta química es la escena de las pastillas, donde los dos desatan esa faceta histriónica pero que encaja como un guante con sus papeles.
Los efectos especiales es uno de los apartados que como en las películas de Fincher, pueden pasar totalmente desapercibidos, pero juegan un papel importantísimo, y quizás en eso radica su grandeza, en que ni siquiera nos demos cuenta del engaño visual en el que hemos caído. A continuación os dejo un vídeo para que podáis comprobar el gran trabajo digital que tiene la película.
Para ser justos tendríamos que destacar todos los apartados que componente esta película, desde la música, hasta las localizaciones, pasando por el fantástico casting del que hemos destacado a DiCaprio y Hill, pero que está lleno de grandes secundarios, y todo perfectamente enlazado por el maestro Scorsese para dejarnos con tres horas de desenfreno que se pasan volando.