Zero es una película que rinde un homenaje descarado y divertido al universo cinematográfico de Guy Ritchie. Con una trama ágil, diálogos ingeniosos y una estética visualmente llamativa, logra cautivar al espectador desde el primer minuto. La influencia de Ritchie se siente en cada plano, desde la estructura narrativa fragmentada hasta el humor irreverente y los personajes excéntricos.

Zero nos cuenta la historia de dos hombres que se encuentran atrapados en Africa con una bomba pegada al pecho. Tendrán que seguir las instrucciones que les va dando la persona que les ha metido en este problema si quieren salir con vida.

La película funciona a la perfección en muchos aspectos. La química entre los protagonistas es palpable, y las secuencias de acción están coreografiadas de manera brillante. El guion es divertido y lleno de giros inesperados que mantienen la atención del espectador. Sin embargo, hay un pequeño detalle que empaña ligeramente el conjunto: la actuación de Cameron. Si bien su personaje es carismático, su registro, que recuerda en ocasiones a Bud Spencer, puede resultar un tanto desentonado con el tono general de la película.

A pesar de este pequeño detalle, Zero es una película recomendable para los amantes del cine de acción y comedia. Es una propuesta fresca y entretenida que demuestra que el cine de género puede ser inteligente y divertido al mismo tiempo.

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