Sitges 2024: Rich Flu
Cuando escuché hablar por primera vez de Rich Flu, pensé que sería una de esas películas que dejan huella. Su premisa —un virus que afecta exclusivamente a los más ricos, causando caos y una lucha desesperada por mantener el control— me pareció fascinante, una crítica social lista para ofrecer una mezcla de tensión, sátira y reflexión. Pero tras verla, no puedo evitar sentirme decepcionado.
No me malinterpretes, Rich Flu no es una mala película. Está bien dirigida, con una atmósfera interesante y un ritmo que mantiene la atención. Sin embargo, no logré conectar con ella. Desde el comienzo, el concepto de la película prometía mucho más de lo que finalmente entrega. La crítica al capitalismo, la desigualdad y el miedo a perderlo todo está ahí, pero se siente superficial, como si no terminara de profundizar en los temas que plantea.
El problema radica quizás en que, a pesar de su premisa intrigante, la película se toma demasiado en serio a sí misma. A veces parece no saber si quiere ser una sátira o un thriller dramático. Y en ese limbo de intenciones, Rich Flu pierde el impacto emocional que podría haber tenido. Los personajes, aunque bien interpretados, no logran generar empatía, y sus dilemas se sienten distantes, casi forzados.
A pesar de todo, reconozco que tiene algunos momentos interesantes, sobre todo en la forma en que muestra el miedo y la desesperación de los personajes cuando el status quo se tambalea. Pero esos momentos no son suficientes para salvar una película que prometía ser mucho más incisiva de lo que realmente es.
En resumen, Rich Flu es una película correcta, pero no logrará dejar una marca en quienes esperábamos una historia más profunda y cautivadora. Para quienes disfruten del drama y la tensión más ligera, puede ser una opción interesante, pero si buscas una película que te haga reflexionar o que te impacte a nivel emocional, quizás te quedes con la misma sensación que tuve: decepción .