Sitges 2015: Green Room
Si hay algo que pueda dar más miedo que un espíritu, un Alíen o el monstruo de turno, eso es la realidad, y en Green Room, con las exageraciones típicas para hacerla interesante, tenemos una historia donde el monstruo es un grupo de skin heads.
Una banda de punk se dirige a tocar en un local de skin heads. Después de su actuación, un suceso les dejara encerrados en el local indefensos y rodeados de una temeraria banda de skins.
Green Room tiene un ritmo trepidante que hace que no se pierda el interés en ningún momento de la película, y el grupo de protagonistas te mantendrá en tensión en todo momento intentando salir de l temeraria situación. Sin ser tan terroríficas como Frontière(s), es una muy recomendable película.
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