Scream VI
Scream VI es la última entrega de la saga de terror que comenzó en 1996 con el director Wes Craven. En esta ocasión, Ghostface vuelve a sembrar el pánico entre un grupo de jóvenes que se ven involucrados en una serie de crímenes. La película es un homenaje y una parodia al mismo tiempo del género slasher, con numerosos guiños y referencias a otras películas y clichés del terror.
A pesar de que la película sigue la misma fórmula que las anteriores, con personajes estereotipados y situaciones previsibles, me ha gustado cómo consigue mantener el interés y la intriga hasta el final, con momentos de mucha tensión y suspense, sobre todo en la escena del metro, donde los personajes se ven atrapados en un vagón con el asesino y tienen que intentar escapar o luchar por sus vidas. La escena está muy bien rodada y logra transmitir la angustia y el miedo de los protagonistas.
Sin embargo, no todo es positivo en Scream VI. Los nuevos actores que se incorporan al reparto no me han convencido mucho, ya que sus interpretaciones son bastante flojas y sus personajes poco desarrollados, con el vecino como mayor ejemplo. Parece que están ahí solo para ser víctimas del asesino y no para aportar algo a la historia, incluido Dermot Mulroney, que hace el papel del padre de una de las víctimas y que no tiene ninguna relevancia ni química con el resto del elenco.
Otro punto negativo es el final de la película, que me ha parecido un poco decepcionante. No quiero hacer spoilers, pero creo que los fans de la saga esperábamos algo diferente. Me ha dado la sensación de que los guionistas no han sabido cómo cerrar la historia y han optado por un final muy enrevesado.
En definitiva, Scream VI es una película entretenida y recomendable para los amantes del terror, con unos momentos de violencia que superan con creces lo visto anteriormente y que entretiene mucho, que es lo que buscamos en este tipo de películas.