iBoy
Netflix continua a buen ritmo sus producciones tanto en el mundo de las series como en el de las películas y para comenzar el año ha estrenado iBoy, una especie de superheroe del mundo millenial inspirado en el libro juvenil de Kevin Brooks.
Un chico marginado en su colegio, acaba siendo tiroteado cuando va a visitar a la chica de la que está enamorado. Mientras huye e intenta llamar por teléfono a la policía, una de las balas hace que los componentes del móvil acaben incrustados en su cabeza y esto le dará poderes para poder controlar aparatos electrónicos.
Se que suena todo muy tonto, un chico con un móvil dentro de la cabeza que controla cosas con la cabeza, pero no mucho mas ridículo que un chico que puede escalar paredes y tiene super fuerza porque le ha picado una araña radioactiva, y es que iBoy llega como un superheroe de las nuevas generaciones, y a pesar de los ridículo del planteamiento, juega muy bien con el realismo de series británicas como Misfits, para ofrecer un producto bastante decente.
La película en si no destaca demasiado en nada, tiene una entretenida historia, pero se mueve en un terreno demasiado trillado, donde es muy difícil despuntar con una historia que no arriesgue mucho, y iBoy no arriesga demasiado, se conforma con enseñarnos los poderes de su protagonista, y unos villanos de manual que no sorprenderán a nadie.
En definitiva, iBoy entretiene pero no convence, y quizás Netflix debería haberse planteado más esta película como una serie donde desarrollar estos personajes y quizás buscarle un punto diferenciador teniendo más tiempo. En todo caso, se deja ver y como entretenimiento simple funciona.