Fast X
Fast X prometía mucho, a pesar de que su última entrega me pareció ridícula a niveles épicos, pero con un reparto como el que tiene, y toda la historia que arrastra, solo cabía pensar que esta podia ser una entrega épica, pero para mí, no ha podido estar más lejos de esas espectativas.
Durante numerosas misiones más que imposibles, Dom Toretto y su familia han sido capaces de ser más listos, de tener más valor y de ir más rápido que cualquier enemigo que se cruzara con ellos. Pero ahora tendrán que enfrentarse al oponente más letal que jamás hayan conocido: un terrible peligro que resurge del pasado, que se mueve por una sangrienta sed de venganza y que está dispuesto a destrozar a la familia y destruir para siempre todo lo que a Dom le importa.
Hay una cosa que no se le puede recriminar a Fast X, y es su espectacularidad. Sus escenas de acción ya son historia del cine de coches, con persecuciones trepidantes y una manera de grabarlas que ya es marca de la casa de Justin Lin y que Louis Leterrier hereda sin complejos, pero cuando intentas que todo sea mas y mejor en la siguiente entrega, te encuentras con una limitación, que es la realidad, y Fast X no es que haga cosas imposibles, sino que como en la anterior entrega, hace cosas tan exageradas, que ya no solo son imposibles, sino que desafían por completo a la física y el sentido común, construyendo escenas que dan vergüenza. Podría poner muchos ejemplos, pero no quiero spoilear a nadie, así que comentaré solo que hay un salto entre dos coches, que sonrojaría a los guionistas de Misión Imposible.
El reparto es una absoluto lujo, con actores de mucho nombre como Charlize Theron, Brie Larson, Jason Momoa, Jason Statham, John Cena… una lista interminable, pero resulta increíble, que un elenco como este, pueda crear unas actuaciones tan planas, y el único que parece destacar entre todos, Jason Momoa, lo hace por ese personaje que parece un cruce entre el Jocker y un villano de película coreana, que más que caerte mal, te da vergüenza ajena.
Cuando me enfrento a una entrega de Fast Ans Furious voy con la mente muy abierta, se que voy a ver un espectáculo de persecuciones y acción y que no tengo que darle más vueltas al resto de aspectos, pero todo tiene un límite, y Fast X lo supera a niveles míticos.