Bone Lake ha sido toda una sorpresa. Un thriller lleno de giros y momentos angustiosos, que nos harán estar sufriendo constantemente por los protagonistas y que te hará replantearte si merece la pena alquilar ese AirBnb tan chulo que has encontrado tirado de precio.

Dos parejas con ganas de vivir una bucólica escasa, descubren que han alquilado la misma casa cerca de un lago. Para ahorrar problemas, deciden compartir su estancia, pero la casa esconde un misterio que les hará luchar por sus vidas.

Lo primero que me gustaría destacar es la realización, que corre a cargo de la directora Mercedes Bryce Morgan y que cumple con creces en esta película, con una buena fotografía, y un ritmo que te engancha todo el metraje.

Sus protagonistas funcionan muy bien, creando dos parejas muy creíbles que te ayudan a entrar en la historia y empatizar con ellos en la vorágine que se les viene encima.

Quitando un giro, la película puede ser algo predecible, pero dentro de ello creo que juega muy bien sus cartas, dejando las pistas justas para que vayas descubriendo que es lo que está pasando, y su giro final, me ha parecido muy bueno.

Una película que sin demasiadas pretensiones, algo que tampoco se espera o necesita, consigue hacernos pasar un buen, rato. ¿Seguro que te quieres ir de fin de semana al campo?

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